El tercer momento fue cuando visité durante una mañana el relleno sanitario de mi ciudad. Sin importar cómo se maneje el lugar o lo que hagan para tratar de mejor manera la basura, salí enferma, con dolor de cabeza, náusea y molestias en el estómago (ni el soroche me ha hecho sentir peor). Me tomó toda la tarde dejar de percibir el olor dulzón de la basura impregnado a mi nariz y volver a sentirme bien. De corazón entendí que, salvo por el basural clandestino, no había peor destino para un desecho que ese. Y mi basura iba a ese lugar, por lo que también era mi responsabilidad. Desde ese día decidí que el relleno sanitario debía ser la última opción y para lograrlo debía retomar el control sobre la basura que generaba.
Empecé buscando qué destino responsable le podía dar a mis desechos: plástico de varios tipos, papel, cartón, metal, vidrio, tela, restos orgánicos, baterías, focos... Así di con las listas de gestores ambientales, pero estos, aunque prácticamente reciben de todo, no siempre son accesibles ya sea por su ubicación o por la cantidad mínima del desecho específico que reciben. Además, no podía pasarme el día buscando qué hacer con cada tipo desecho. Entonces decidí invertir la lógica: en lugar de buscar un destino para cada desecho, busqué aquellos productos envasados en los materiales que más fácilmente pudiera descartar responsablemente.
Así quedó una adaptación informal de las tres R:
1. Reducir: Si genero menos desechos, debo buscar un destino responsable para menos desechos. Menos volumen, menos tiempo, menos trabajo.
Sección Verduras
- Opciones: Fundas, tarrinas o mallas plásticas, bandejas como de espuma o al granel.
- Acciones: ¿Me interesa algún envase para algo más? ¿Sí? Lo elijo. ¿No? Entonces selecciono al granel, pues, si bien esto implica el uso de una funda, esta funda suele ser reutilizable para otras funciones.
Embutidos, carnes o quesos
- Opciones: Empaques sellados al vacío o bandejas de espuma.
- Acciones: Estos empaques o bandejas normalmente quedan tan impregnados de sangre o suero, que prefiero el empaque sellado al vacío que es más comprimible.
Lácteos y jugos
- Opciones: Tetrapack, botellas de vidrio o frascos y fundas de plástico.
- Acciones: ¿Me interesa la botella o el frasco para algo más? ¿Sí? Lo elijo. ¿No? Prefiero el tetrapack que queda limpio con una enjuagada y listo para el gestor.
Aceite y mantequilla
- Opciones: Funda, frasco o tarrina plástica, botella de vidrio, papel, lata.
- Acciones: Todos estos materiales quedan tan grasosos que es difícil reutilizarlos. La mejor opción, la más comprimible: papel o funda.
Cereales, fideos, huevos y galletas
- Opciones: Caja o cubeta de cartón o cubeta o funda plástica.
- Acciones: Todos son fáciles de entregar a un gestor.
Mermeladas y conservas
- Opciones: Funda o frasco de plástico, frasco de vidrio, lata.
- Acciones: ¿Me sirve el frasco o la lata para algo más? ¿Sí? Lo elijo. ¿No? La funda queda tan melosa que es difícil de entregar a un gestor, pero es comprimible. Los frascos y latas son fáciles de entregar al gestor.
Granos, sal y azúcar
- Opciones: Fundas plásticas.
- Acciones: Las fundas no son prácticas para ser reutilizadas pero son fáciles de entregar a un gestor.